Inés Ibáñez, Farmaceútica

¿ES UNA DIETA SIN GLUTEN SINÓNIMO DE COMIDA SANA?

Una de las últimas tendencias que circulan en la red son las dietas sin gluten. Podemos encontrar algunas afirmaciones como desde que comer sin gluten es más sano hasta que mejorarán tus digestiones o que es básico en tu dieta de adelgazamiento. La evidencia científica que tenemos hasta el momento dice que los únicos que deberían evitar el gluten son obviamente los diagnosticados de enfermedad celíaca y alergia al gluten y hace unos años que se ha empezado a hablar de la sensibilidad al gluten no celíaca. Aún se sabe poco de este último, ya que aunque fue descrito por primera vez hace treinta años hasta hace relativamente poco no se ha demostrado en un estudio que existe un grupo que mejoran sus síntomas gastrointestinales al retirar el gluten de su dieta sin haber sido diagnosticados de alergia al gluten o celiaquía.

EL GLUTEN EN LA BASE DE LA DIETA MEDITERRÁNEA

El gluten es una  proteína que se encuentra en el  trigo,  cebada,  centeno  y  avena, así como en variedades antiguas e híbridas de estos cereales, como la  espelta  y el  trigo Khorasan (variedades antiguas de trigo), el  triticale  (híbrido de trigo y centeno) y el  triordeum  (híbrido de trigo y cebada).

En la famosa pirámide de la dieta mediterránea, los cereales se encuentran en la base, significa que deben consumirse todos los días. El trigo ha sido cultivado en la Península Ibérica desde el Neolítico. Debido a eso, la dieta mediterránea se basa en gran parte en el consumo de alimentos derivados de este cereal.

LA SENSIBILIDAD AL GLUTEN NO CELIACA: ¿POR QUÉ ES DIFÍCIL EL DIAGNÓSTICO?

Las tres enfermedades pueden transcurrir con una respuesta inmunitaria y con unos valores de anticuerpos/inmunoglobulinas aumentados en sangre, aunque los tipos de anticuerpo aumentados variarán entre ellos. 

En la celiaquía, los anticuerpos aumentados serán los IgA (antiendomisio) e IgA (antitransglutaminasa tisular) aunque la prueba definitiva es la biopsia intestinal. En la alergia al gluten serán igual a otras reacciones alérgicas, la IgE y además también darán positivo al gluten las pruebas cutáneas o prick test. En la sensibilidad al gluten podrá haber un aumento de las IgG pero también hay casos en los que no hay aumento.

La sensibilidad al gluten tiene en común con las dos otras enfermedades los síntomas digestivos y/o extradigestivos que mejoran cuando se hace dieta sin gluten y empeoran al introducir el gluten de nuevo.

Es fácil confundir la sensibilidad al gluten con el síndrome del Intestino Irritable ya que los síntomas intestinales son muy parecidos, incluyen: dolor abdominal, hinchazón, flatulencia, diarrea y estreñimiento aunque también pueden haber síntomas extradigestivos como dolor de cabeza, dolor articular o muscular, pérdida de peso y anemia.

Para diagnosticar sensibilidad al gluten es necesario cumplir los siguientes ítems:

 1. Haber descartado la enfermedad celíaca (los anticuerpos antitransglutaminasa y antiendomisio en sangre son negativos y no se observa atrofia de vellosidades intestinales en la biopsia).

 2. Haber descartado la alergia al trigo (no hay elevación de IgE específica de trigo en sangre y el resultado de las pruebas cutáneas es negativo).

 3. Haber mejorado los síntomas tras hacer dieta estricta sin gluten durante  4-6 meses.

 4. Haber empeorado los síntomas tras reintroducir el gluten en la alimentación.

Los puntos 3 y 4 son controvertidos por el famoso efecto placebo, en el cual se puede percibir una mejora de los síntomas con retirada del gluten y el efecto nocebo en el  que se percibe un empeoramiento con la introducción de gluten ya que hay síntomas que son subjetivos. 

Para evitar el efecto placebo, en la últimos protocolos publicados se recomienda camuflar el gluten o placebo entre la comida sin gluten durante una semana y después la otra sustancia (placebo o gluten) durante otra semana, dejando entre medias una semana en la que no se administra ninguna de las dos. Ni el médico ni el paciente sabrán hasta el final en qué orden han sido administradas ambas sustancias, y un cuestionario de síntomas rellenado por el paciente a lo largo del proceso ayudará a valorar si realmente el gluten tiene algún efecto.

SI NO TENEMOS NINGUNA PATOLOGÍA RELACIONADA, ¿DEBEMOS COMER GLUTEN?

 1. El trigo (principal cereal con gluten) es la base de la dieta mediterránea, la cual ha demostrado en numerosos estudios eficacia en la prevención de enfermedades cardiovasculares.

 2. Los productos sin gluten tienen un peor sabor y son mÁs caros. la Federación de Asociaciones de Celíacos (FACE) calcula que los afectados por la enfermedad gastan 1.600 euros más al año en hacer la compra.

 3. Se ha visto que las personas que deciden comer sin gluten por voluntad propia, sin ayuda de ningún profesional sanitario disminuyen el consumo de fibra. La fibra actúa como saciante y disminuye el pico glucémico.

 4. El gluten está implicado en la absorción de nutrientes como el calcio y la vitamina D tan importantes para la salud ósea.

 5. Es muy importante que si decides prescindir del gluten sustituyas correctamente por otros cereales. Un dietista-nutricionista puede ayudarte a hacerlo.

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